viernes, octubre 16, 2009

Gonorrea



La gonorrea es una enfermedad de transmisión sexual causada por la bacteria Neisseria gonorrhoeae que infecta el revestimiento mucoso de la uretra, el cérvix, el recto y la garganta o la membrana blanca (la conjuntiva) de los ojos.
La bacteria puede propagarse a través del flujo sanguíneo hacia otras partes del cuerpo, especialmente la piel y las extremidades. En las mujeres, puede ascender por el tracto genital para infectar las membranas que se encuentran dentro de la pelvis, causando dolor pélvico y problemas reproductivos.


Síntomas
En los hombres, los primeros síntomas suelen aparecer de 2 a 7 días después de la infección. Comienzan con una ligera molestia en la uretra, seguida, a las pocas horas, de un dolor leve o intenso al orinar y una secreción de pus proveniente del pene. El hombre tiene una necesidad imperiosa y frecuente de orinar, que empeora a medida que la enfermedad se extiende a la parte superior de la uretra. El orificio del pene puede adoptar un color rojizo e hincharse.
En las mujeres, los primeros síntomas suelen aparecer entre 7 y 21 días después de la infección. Las mujeres infectadas no suelen presentar síntomas durante semanas o meses y la enfermedad se descubre sólo después de que a su pareja masculina se le diagnostica la misma y ella es examinada por haber estado en contacto con él. Si aparecen síntomas, suelen ser leves. Sin embargo, algunas mujeres tienen síntomas graves, como una frecuente necesidad de orinar, dolor al orinar, secreción vaginal y fiebre. El cérvix, el útero, las trompas de Falopio, los ovarios, la uretra y el recto pueden resultar infectados y provocar un gran dolor pélvico o molestias durante el coito. El pus, que aparentemente proviene de la vagina, puede provenir del cérvix, de la uretra o de las glándulas próximas al orificio vaginal.
Las mujeres y los varones homosexuales que mantienen relaciones sexuales por vía anal pueden contraer gonorrea rectal. La enfermedad puede causar malestar alrededor del ano y secreciones provenientes del recto. La zona que rodea el ano se enrojece y queda en carne viva, mientras que las heces se cubren de mucosidad y pus. Cuando el médico examina el recto con un anoscopio (tubo de visualización), es posible distinguir moco y pus sobre la pared del mismo.
El sexo oral con una persona infectada puede producir gonorrea de garganta (faringitis gonocócica). Por lo general, la infección no provoca síntomas, pero en ciertos casos produce dolor de garganta y malestar al tragar.
Si los humores infectados entran en contacto con los ojos, puede producirse una infección externa del ojo (conjuntivitis gonorreica). Los recién nacidos pueden infectarse con gonorrea a través de su madre en el momento del parto, lo que les provoca hinchazón de ambos párpados y una descarga de pus proveniente de los ojos. En los adultos suelen producirse los mismos síntomas, pero por lo general sólo un ojo resulta afectado. Si la infección no recibe tratamiento puede derivar en ceguera.
La infección vaginal en las niñas pequeñas y jóvenes suele ser el resultado de un abuso sexual por parte de adultos, pero en raras ocasiones se produce por manipular artículos del hogar infectados. Los síntomas incluyen irritación, enrojecimiento e inflamación de la vulva, con secreción de pus proveniente de la vagina. La niña suele padecer molestias en la zona vaginal o sentir dolor al orinar. El recto también puede resultar inflamado y las secreciones pueden manchar su ropa interior.
Diagnóstico
El diagnóstico se realiza de inmediato al identificar la bacteria (gonococo) al microscopio. En más del 90 por ciento de los hombres infectados, se diagnostica con una muestra de secreción uretral. Sin embargo, este diagnóstico puede establecerse sólo en el 60 por ciento de las mujeres infectadas utilizando una muestra de la secreción cervical. Si no se descubren bacterias al microscopio, esta secreción es enviada al laboratorio para su cultivo.
Si el médico sospecha que existe una infección de garganta o recto, se toman muestras de esas zonas para realizar un cultivo. A pesar de que no existe un análisis de sangre para detectar gonorrea, es posible tomar una muestra de sangre para diagnosticar si la persona también tiene sífilis o infección causada por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Algunas personas tienen más de una enfermedad de transmisión sexual.


Tratamiento
La gonorrea suele tratarse con una sola dosis de ceftriaxona intramuscular o bien con una semana de antibióticos orales (por lo general doxiciclina). Si la gonorrea se ha dispersado a través del flujo sanguíneo, el enfermo recibe habitualmente tratamiento en un hospital, a menudo con antibióticos intravenosos. Debido a que la infección con Chlamydia es frecuente tanto en los hombres como en las mujeres con gonorrea, es difícil de diagnosticar, los pacientes reciben un tratamiento de una semana con doxiciclina o tetraciclina o bien una dosis única de azitromicina, otro antibiótico de acción prolongada.
Si los síntomas recurren o persisten al final del tratamiento, se pueden obtener especímenes para su cultivo con el fin de asegurarse de que el paciente esté curado. En los hombres los síntomas de uretritis pueden recurrir, causando una enfermedad llamada uretritis posgonocócica. Está casi siempre causada por Chlamydia y otros microorganismos que no responden al tratamiento con ceftriaxona y se produce particularmente en pacientes que no siguen el plan de tratamiento

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